jueves, 27 de septiembre de 2012

2

Inglis pitinglis?

Ya hablamos en su momento del nivel de inglés de los españoles pero, si bien muchos nos autocalogamos en el nivel medio del idioma, a tenor de un par de fotos que pude hacer recientemente en la costa alicantina no sé yo si hemos inflado un pelín el currículo...
Y es que el problema no es ya la patada al diccionario sin ningún tipo de miramiento; es el hecho de que alguien ha debido decir que eso estaba bien escrito, y qué capacidad de liderazgo debe de tener para que nadie haya osado poner en duda su inglés contemporáneo-experimental.

Como ejemplo, tomemos la primera de las dos perlas que podemos valorar, tomada en el parking de un supemercado Mercadona:
¿Esto qué es? Si tiramos de herramientas del idioma de Google, la traducción a la solicitud de aparcamiento en inglés es la siguiente: "use only one place. Thanks". Perfectamente válido y sin más esfuerzo que abrir el ordenador. 
Pudiese ser que no hubiese ningún pc con conexión a Internet, teléfono con tarifa de datos, etc. donde buscar posibles traducciones. Raro, aunque posible. 
Pero si hay algo por el Levante español y en más número que sombrillas y granos de arena en la playa, son ingleses, alemanes y demás ralea que, a modo de colaboración gratuita, seguro ofrecerían una alternativa mejor a la de estilo Yoda aquí presente.
Lo positivo de este cartel es que a los españoles nos dejan en mejor lugar, pues nos dan las gracias, dando por hecho que aparcaremos según nos solicitan, mientras que a los guiris se lo piden por favor, como no teniendo mucha confianza en su civismo...

jueves, 20 de septiembre de 2012

11

Los grupos musicales de los años 80

¿Qué ha pasado con la música española?  ¿Y la furia y rebeldía de aquellos tríos de guitarra, bajo y batería que tanto bien hicieron en los años 80? Y, sobre todo, ¿qué fue de aquella creatividad a la hora de elegir los nombres de las bandas? Ir a las desaparecidas tiendas de discos y pasarse una mañana viendo portadas era un verdadero placer, aunque sólo fuese por la originalidad de los nombres de algunos grupos.
Aquellos nombres, en muchos casos, reflejaban la personalidad de sus componentes. Eran toda una declaración de intenciones de lo que ibamos a encontrarnos en cuanto la aguja del tocadiscos viajase por los surcos negros de nuestra redonda inversión.
El sistema más clásico era el de artículo determinado masculino plural y lo que se quiera poner a continuación:  Los Elegantes, Los Impecables, Los Enemigos, Los Ilegales, Los Secretos, Los Nikis, Los Rebeldes, Los Romeos, Los Ronaldos, etc.

Otro modelo que funcionó a las mil maravillas fue el de nombre del artista y el resto de componentes camuflados bajo una banda: Alaska y los Pegamoides, Loquillo y los Intocables/Trogloditas, Morcillo el Bellaco y los Rítmicos, Nel-lo y la banda del zoco, Rubí y Los Casinos, Mario Tenia y los Solitarios...

jueves, 13 de septiembre de 2012

2

¿Quién probará el vino?

Salir a cenar fuera, si no es con los amigos de siempre, cada vez crea más inseguridad. Y es que si ya es difícil acertar con un sitio que sea válido para vegetarianos y carnívoros, esté a una distancia adecuada de todos, y entre en un rango de precio acertado para cualquier cartera, para colmo tiene que tener "una buena bodega".

Desde que algunas empresas celebraban parte de sus eventos entre viñedos, donde a los empleados de las primeras les daban un curso acelerado de sulfitos, lágrimas, garnachas, tempranillos y demás, o desde que fue regalo económico de groupon para Fulanito, "que es muy moderno, y estas cosas las valora", los demás tenemos que sufrir ese momento, eterno, que es la elección del vino y la posterior cata y comentario de nuestro sumiller particular, de dudosa fiabilidad.

Para los que no tenemos ni idea de vino, si nos toca elegir, con cuatro cosas nos vale:
1. Si es carne, tinto. Si es pescado, blanco. Y si es algo que no sabemos, que elija otro. Preferiblemente no quien ya sabemos.

jueves, 6 de septiembre de 2012

8

El Ipod, Ikea y las mudanzas

El otro día me comentaba un operario de una empresa de mudanzas que, con los avances de la tecnología y los muebles de usar y tirar, el sufrido sector de los transportistas, mozos de carga y demás personajes de 2x2 metros se está viniendo a pique. Y todo "por culpa" de dos enemigos:
1. Steve Jobs, Bill Gates y compañía y sus soluciones de almacenamiento.
2. Las cabezas pensantes de Ikea y sus muebles desmontables.

Cada vez somos menos estables (geográficamente hablando) y eso nos hace andar de aquí para allá mucho más de lo que lo hacían generaciones pasadas. Antes se emigraba una vez en la vida a Alemania o a Suiza y se volvía al lugar de origen deseando no moverse más, maldiciendo a los germanos, a la otitis crónica causada por el frío, a freir con mantequilla, y a todo aquello que tuviese tufillo a mundo organizado o cadena de producción.
Ahora, por culpa de los precios de los pisos, los alquileres y los cambios laborales, cada vez somos más nómadas. Comenzábamos a parecernos a los funambulistas y demás acróbatas, llevando con nosotros, allá donde fuésemos, nuestro circo particular en forma de muebles, libros, colecciones de DVDs y demás objetos de gran valor sentimental para nosotros, pero de nulo interés económico para los responsables de nuestra hipoteca o para los chicos de chaleco reflectante de "Compro oro". Y en estas aparecieron (entre otros) Jobs e Ikea y llegó la época de quitarse peso de encima.