jueves, 8 de noviembre de 2012

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Camisetas que no deberían existir

Qué gran verdad es la de que para gustos los colores y que cada uno llevamos lo que queremos o podemos. Unos tienen un estilo más clásico, otros más formal, los hay muy atrevidos, los que no tenemos gusto ni entendemos de colores y, luego, están los que son capaces de todo. Incluso de ponerse una camiseta como las de abajo.

Para mí, el colmo del mal gusto siempre había sido la camiseta negra de malla que llevaban hace años los turistas alemanes bigotudos. La imagen de aquellos pezones varoniles escapando por entre la malla, acompañados de pelo blanco rizado y una cadena de oro, causó en mi infancia una impresión mayor que la de Pancho corriendo por la playa avisando del fallecimiento de Chanquete.


Pero el tiempo pasa y aquella horrenda vestimenta de malla ha sido reemplazada por las camisetas con frases sin gracia alguna y que no vienen a cuento nunca, que ya es complicado. El listón de la estética ha ido bajando tanto a lo largo de los años que, dentro de poco, aquella malla horrible acabará siendo una prenda adecuda para ir a recepciones en las embajadas y compartirá fondo de armario con chaqués, esmóquines y fracs.

Como una imagen vale más que mil palabras, lo mejor, para ahorrar cuatro mil, es poner estos ejemplos que hablan por sí solos. Todos disponibles para su compra on line y, lo que es peor, en algunos sitios, si nos atrevemos, mostrando nuestra propia jeta. Y como estas, hay decenas.

Estas camisetas...¿cuándo se las puede poner uno? Por más vueltas que le doy, yo no encuentro ocasión, evento, fiesta o sarao donde uno pueda presentarse con semejante atuendo, con un mínimo de dignidad. Ni despedidas de solteros, ni fiestas del orgullo gay ni Sanfermines ni nada de nada. Hay cosas que no pueden tener cabida en la sociedad, y al igual que fue abolida la pena de muerte y la esclavitud, estas prendas deberían seguir el mismo camino.
La camiseta negra ¿es para ir a conocer a los que a partir de ese día serán ex futuros suegros?
¿La azul y la roja son para una primera cita con la chica de nuestros sueños? Porque es muy posible que, si la chica merece la pena, esa primera cita se pueda catalogar también como fugaz y única.
¿La de las ladillas es para ir a pasar la revisión médica de la empresa, y acto seguido ir a sellar la cartilla del paro?

Para colmo, estas camisetas se pueden encontrar en páginas de Internet bajo la categoría de "camisetas divertidas", término que hace aguas por todos lados. En primer lugar porque es un adjetivo erróneo para una prenda de vestir. Eso es como decir que tenemos unos pantalones muy jocosos, unos zapatos que son unos infelices o un sombrero dolorido. Para reforzar esta postura, cito a el defensor del castellano, quien nos recuerda que la ropa de vestir nunca es divertida o aburrida porque la diversión y el aburrimiento son "consecuencia de una acción prolongada": puedes divertirte o aburrirte viendo un desfile de moda, pero lo que te divierte o aburre es el desfile, no la ropa.
Y, en segundo lugar, si aceptamos ese término, de divertidas tienen poco. Más bien lo que generan es tristeza y una pérdida absoluta de esperanza en el ser humano.

En resumen, que no tiene sentido que andemos preocupados con temas como la independencia de Cataluña, la legalización de la eutanasia o la píldora del día después. Mientras no erradiquemos estas camisetas de nuestras calles, no tenemos derecho a ponernos a solucionar lo otro. Lo primero es lo primero.

8 comentarios:

  1. Qué razón tienes. Alguna vez me he preguntado, como tú, en qué ocasión pueden lucirse según qué camisetas, porque tengo algunas bastante más discretas que los ejemplos que muestras y nunca las uso por eso mismo, porque nunca me parecen adecuadas.
    El día que inventen una camiseta con pantalla DVD incorporada emitiendo Top Secret, Aterriza como puedas o Sopa de Ganso, entonces sí, entonces podrá hablarse de ropa divertida.

    Un abrazo.

    Llorente.

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    1. Todo tiene su momento, dentro de un orden. Pero nunca tires la de "¡Dale caña, torete!"
      Un abrazo , Llorente.

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  2. Me he divertido leyendo el relato. Te juro que nunca había visto unos mensajes como los que has puesto, y la verdad, a mí tampoco se me ocurre en qué momento te puedes poner una camiseta con semejante slongan, pero seguro que tienen su público, y a mí me viene a la mente algún que otro personaje, aunque no voy a dar nombres. Yo me quedé en una camiseta que se veía mucho por Benidorm hace unos años que ponía en letras temblorosas "yo estoy borracho, ¿y tu?". Aún habiendo bebido una triste cola light, te hacía pensártelo.

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    1. Cristina, puedes ver decenas de ejemplos en cualquier web de camisetas, un domingo en el Rastro y, especialmente, en tenderetes de Levante. Muchas de ellas ruborizarían hasta a Belén Esteban.

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  3. Muy bueno este artículo. Menos mal que todavía hay educación y sensibilidad. Gracias por todo ello.

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  4. Bueno, discrepo con el autor del post y con el resto de comentarios que he leído, yo sí les veo una utilidad a estas camisetas tan "chispeantes" y es que me parecen un buen detector de gente vacía, estúpida y con poca gracia, como los que muestran orgullosos su power balance en la muñeca, a las que no me acercaría ni a pedir la hora, así que ya sabemos para que sirven!
    E.E.

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    1. Cierto que tienen su utilidad, visto de ese modo.
      ¿Qué ha sido de tu blog?

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