jueves, 17 de enero de 2013

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Fruteros, mercados y CRM

Cuando hablamos de CRM, análisis de cartera, marketing one to one, orientación al cliente, etc. muchas veces tiramos de empresas de consultoría de tres apellidos ingleses, cuando viendo lo bien que manejan a los clientes el frutero o el pescadero del mercado, a lo mejor salía más rentable contratar a estos, y darles un curso de informática.

Por muchas herramientas modernas de gestión de clientes que encontremos en el mercado, que además suelen ser de precios desorbitados, nada hay que supere al tendero en atención al consumidor.
El auténtico técnico en gestión de clientes sabe vida y milagros de la gente que visita su puesto. Pregunta por los juanetes de la señora Remedios, se interesa por la próstata del marido de Doña Encarni y se informa por las notas del nieto de la señora Fuencisla. Y mientras tanto, trocea muslos de pollo a la vez que le explica a una joven recién emancipada cómo preparar un caldo con un hueso de jamón. Todo ello adornado con piropos como reina, preciosa, cielo o cariño, términos que pondrían celosos a muchos maridos, pero que en boca del tendero parecen tener bula papal.


Todo lo anterior, sumado a una buena calidad del producto, hace que el comerciante tenga una clientela fija a la que trata con esmero, pero sin descuidar a los recién llegados, con los que emplea unas llamadas a la acción del todo atractivas. Ante la pregunta del novicio "¿Qué tal son esas naranjas?" el frutero no se anda con chiquitas ni pierde el tiempo vendiendo las excelencias de su producto. Todo es tan sencillo como "si no te gustan me las traes y me las como con piel y todo". Ante eso, raro es no llevarse un kilito.
El carnicero también maneja a la perfección esa estrategia y ante la pregunta "¿qué tal salen esos filetes?" la respuesta siempre será "mantequilla pura". Y seguro que alguien se lleva la famosa medida hispana del cuarto y mitad.

Y así hasta que la famosa frase "¿más cositas?" recibe una negativa. En ese momento, el intrépido tendero, del que muchos profesionales del marketing deberían aprender, cierra la bolsa, no sin antes regalar al cliente un ramillete de perejil, unos huesos de jamón, o unas peritas, para que las probemos, que salen muy ricas. Cordialmente nos da las vueltas, a la vez que pone paz entre dos señoras que discuten porque según ellas, las dos (ahora viene otra frase mítica española) llevan la vez.

Y todos los días el frutero, el pescadero, el carnicero y Tomás, el del puesto de variantes, vuelven a casa, tras ocho horas de pie, sin saber que en ese mismo momento hay un montón de técnicos, auditores, consultores e ingenieros informáticos de inflados sueldos, intentando desarrollar una herramienta empresarial que ofrezca la misma eficacia y que aparente el mismo trato personalizado para su amplia cartera de clientes. Pero seguramente será un proyecto a largo plazo.

6 comentarios:

  1. Lo de "atención al cliente" en una "gran empresa" es una contradicción en sus términos. Siempre es lo primero que se externaliza porque el cliente sólo interesa cuando lo es en potencia y hay que atraerlo. Luego, intentan quitárselo de encima y que le cuente a otro sus penas. El tendero siempre está ahí para atenderte porque es su sitio, y si esas naranjas salen malas, al día siguiente se lo vas a poder contar tranquilamente. No te va a decir que "eso es en otro departamento". Departamento creado por los analistas y los consultores para cumplir la ISO pero que ni atiende ni nada.

    Cuánta razón llevas, como de costumbre.

    Un saludo.

    Llorente.

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    1. Cierto es que lo de atención y gran empresa nunca van de la mano. Como comento, vistos los precios de esas herramientas, más su continuo soporte, quizás salga más barato contratar a personas para hacer esa labor. Hablando se entiende la gente.
      Un abrazo.

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  2. Magnífico y académico artículo; una magnífica definición práctica y tangible de lo que es el CRM a la que cada vez menos de esos intrépidos, jóvenes y repeinados consultores han tenido acceso porque es un modelo cada vez más escaso en las ciudades y totalmente inexistente en las urbanizaciones en las que se ubican sus adosados. Por eso, tras entregarte su tarjetita con esos tres apellidos ingleses de su consultora, suelen hablarte de lo fácil que será implementar su programita (que a lo que llaman CRM), sobre todo porque -siempre- está absolutamente tirado conectarlo con tu datawarehouse, de forma totalmente transparente para Sistemas, ese ente que siempre es enemigo, pero que en esto no nos dará ningún problema... ah, y lo más importante, en un plazo aproximado a los tres meses (como mucho), tu compañía empezará a disfrutar de las bondades del CRM, cosa que en seguida notarás porque tu ratio de bajas (churn, dicen ellos) va a caer a unos niveles que ¡ya quisiera el tendero!

    RP

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    1. Interesante aporte de alguien que ha vivido el CRM desde sus incios.
      Gracias, Ricardo.

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  3. Un homenaje precioso a una figura que se está perdiendo poco a poco. Muy chulo el post, de verdad.

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