Miro el calendario de mi mesa, que incluye cada día del año un anuncio de las décadas 60 y 70, y me resulta curioso ver como en publicidad algunas cosas no han cambiado nada y otras, por el contrario, no hay quien las reconozca. La masculinidad, por ejemplo.
Según esta imagen, todo hombre viril que se preciase, debía de ir con guantes de cuero, fumando, echando un buen pestuzo a coñac, y oliendo a una fragancia que tiene una pinta de pachulí que echa para atrás. Si comparamos la loción aquí presente con la pegajosa colonia Varón Dandy, seguramente esta última emita los mismos efluvios que una grapadora. Ninguno.
Un reclamo así ya no tiene futuro en la sociedad actual. Dos de esas fragancias son ya políticamente incorrectas; el alcohol y el tabaco están denostados. No hay futuro, ni presente, para ellos en muchos campos de la publicidad y, menos aún, en el de la atracción por parte de las féminas. También lo tiene complicado el cuero, ya que ante tantas imitaciones en materiales sintéticos y el precio que está adquiriendo, no está prohibido aunque pronto será prohibitivo.
Pero, lo que son las cosas, uno se pone a buscar por Internet, y se congratula de saber que la incombustible loción Yardley ha aguntado modas, crisis y demás y sigue su perfumado camino en el competitivo mundo de la venta on line.

Yo uso la loción de afeitado Floid, que también es del año de la Chimbamba y huele mucho a hombre.
ResponderEliminarFloid es otro clásico, que pica de pelotas pero respetable. Todo lo que venga de las barberías de rayas rojas y azules es de fiar.
Eliminar