jueves, 4 de abril de 2013

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¿Merecen la pena las rebajas?

Durante los periodos de rebajas compramos artículos con un descuento relativo sobre épocas anteriores. Si echamos cuentas, no sólo monetarias, de lo que hemos dedicado a la compra de esa prenda ¿habrá merecido la pena?
Muchas veces nos quedamos únicamente con una idea en la mente: la diferencia entre el precio original del artículo y lo pagado por ello. Haciendo esta lectura, no hay duda de que somos unos águilas del consumismo, pero si rebobinamos toda la escena, quizás no ha sido tan interesante como puede parecernos. Depende del valor que le demos al dinero y al resto de las cosas.

Supuesto en época de rebajas: el primer sábado de la temporada de descuento nos levantamos temprano para ir al centro comercial en busca de una camisa rebajada un treinta por ciento. Atasco en el desvío de la autovía que da acceso a dicho centro. Todo el mundo quiere beneficiarse de las gangas. Entramos en la tienda, que ya lleva abierta una hora, y encontramos el armagedón: jerseys tirados por los mostradores con las mangas al revés, camisas con los cuellos negros, pantalones de hombre en la sección de ropa interior femenina, colas interminables en la caja y empleados desbordados que con la excusa de "voy a ver si hay en el almacén" vuelven a los diez minutos con un fuerte aliento a tabaco y cara de circunstancias. Para colmo, no queda nuestra talla de la camisa.


Un empleado avispado se ofrece a llamar a otra tienda donde sí la tienen y nos la guardan durante unas horas. Vuelta al coche y a cruzar la ciudad hasta llegar al nuevo centro comercial donde se ha desatado otro infierno que no es necesario describir. Pagamos la camisa y dentro de unos días sólo recordaremos que nos hemos ahorrado treinta euros.

Supuesto en época de no rebajas: Tras dormir plácidamente, acudimos al centro comercial a media mañana. La tienda está vacía. Un dependiente, fresco, descansado y relajado, para nosotros solos. La camisa de hombre que buscamos está en la sección de camisas de hombre.Sin hacer cola en el probador, elegimos entre tres tallas la que mejor nos sienta. Pagamos y nos marchamos, tan relajados como el dependiente. Si hacemos balance entre los treinta euros de más en época normal y la gasolina, estrés, madrugón y lo que nunca se puede recuperar, que es el tiempo invertido ¿habrá merecido la pena el sacrificio de las rebajas?

Cierto es que el que algo quiere algo le cuesta y hay que mirar mucho la economía del hogar, pero a veces compramos caro y no nos damos cuenta porque el precio no está marcado en la etiqueta, ni se paga con dinero.

11 comentarios:

  1. Anónimo4/4/13 09:49

    Muy acertado, porque lo de las rebajas no deja de ser una estratagema comercial para incitar a comprar. Si hay que rebajar un artículo porque está pasado de temporada o porque no hay manera de venderlo a su precio original, puede hacerse en cualquier momento del año, pero faltaría el reclamo para que la genta acudiera en masa. Así, contratan unos extras que salen en el telediario derribando la puerta de El Corte Inglés y liándose a codazos entre ellos, y ya tienen el publirreportaje para despertar la atención del comprador.
    Como cuando dicen que las entradas del concierto de un grupo musical en otro país se agotaron en dos horas. En cuanto salen a la venta aquí, paranoia general y colas kilométricas.

    Un saludo.

    Llorente.

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    1. Lo del camelo de las rebajas ya poca gente se lo cree. No es normal que un día queden diez pantalones y al día siguiente, primer día de rebajas, ya sólo haya uno. Lo del publirreportaje del CI es ya un clásico todos los años, como las uvas en la Puerta del Sol.

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  2. Tras años detrás de ellas, puedo afirmar que no merece la pena comprar en rebajas!. Me debo de estar haciendo elitista, pero prefiero no tener aglomeraciones, sentirme atendida por el empleado y aconsejada por él y hacerlo en el momento y a la hora que quiero.¡Es una locura! Parece que nos hemos vuelto locos. Desde que se puede comprar por Internet, marcas caras a precios de outlet, ya no voy de rebajas!!

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    1. Ana, yo cro que es una cuestión de nuestro caracter hispano, que en cuanto se abre la veda de algo, corremos a por ello como si no hubiese un mañana.

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    2. Bueno, bueno, bueno. No estoy tan de acuerdo contigo. Tu no irás de rebajas, pero acuérdate del "Día después" de Reyes, las horas que tuvimos que estar con tus hijos en un centro comercial. ¡Para no olvidar!

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  3. Aparte de los sinsabores que usted tan bien describe (y que a muchas tías les gustan), no olvidemos que las etiquetas de rebajas son falsas. Ponen como precio antiguo el que les da la gana, mintiendo descaradamente o subiéndolo durante el día antes de las rebajas para no tener que mentir.

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    1. Sr. Neri: eso es algo que todos sabemos pero que quien lo puede parar calla, porque no hay ninguna duda de que es así. Mucha OCU, pero a la hora de verdad hay un muro que nadie puede saltar, y es que los beneficios que supone para la economía el mundo de las rebajas deben de ser muy elevados.

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  4. Pues para ser sincero, no lo sé y creo que moriré sin saberlo, si es cierto que ahorras pasta, pero gastas más comprando más, siempre que sean, como dice Al realmente rebajas y no compra de retales a precio de prendas. Yo lo único que sé, y esto es real, es que no megustan nada ir de rebajas, pero ni de rebajas ni de no rebajas. Me encanta tu blog, es muy bueno. un abrazo

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    1. elsillondepapá, muchas gracias por su comentario y bienvenido. A mí con lo de ir de tiendas me pasa como con otras cosas, que entro donde veo que no hay nadie y el precio me parezca correcto. Valoro más que me atiendan rápido y bien, a lo que pueda ahorrar. Y no es cuestión de tener más o menos dinero, sino de que lo que más caro pagaré siempre es mi tiempo, pues es lo que más valoro.

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  5. ¿Cómo me puedo hacer seguidor de este blog?. Un abrazo

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    1. elsillón, la opción de seguir el blog la quité, pues como el blog tiene periodicidad, al publicar todos los jueves por la mañana, cada semana que entres encontrarás algo nuevo.
      Gracias de todos modos por el interés ;)

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