jueves, 30 de mayo de 2013

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El boli, el cordel y la caja de ahorros.

Un bolígrafo de plástico, roto, viejo, mordido y sin capuchón, atado de la manera más cutre posible a un cordel de esparto, es un fiel reflejo de lo zafios y rastreros que pueden llegar a ser los bancos y cajas de ahorros. Lugares donde, paradójicamente, más dinero se mueve.

Muchos nos quejamos de que los bancos nos engañan, de que son unos estafadores, de que no juegan limpio, pero estamos confundidos. Las entidades financieras dejan clarísimas sus intenciones desde el momento en el que nos apoyamos en el mostrador y echamos un vistazo a nuestro alrededor.

Empresas como Banco de Santander, Caixa de Cataluña o BBVA, con beneficios de más de 1.600 millones de euros en un trimestre, tienen la osadía de crear textos publicitarios como "Queremos ser tu banco" o "Tú eres la estrella" y al mismo tiempo ofrecernos un bolígrafo de plástico, en un estado deplorable, para que firmemos nuestra propia sentencia a cadena perpetua. Sentencia con grilletes y bola de 30 kgs.en forma de préstamo personal, con intereses que rozan la usura, o con condenas en forma de hipoteca a cuarenta años y un día.



El ruinoso instrumento ya deja claro qué podemos esperar de un banco. Pero lo que lo convierte en un insulto absoluto hacia nosotros, es el hecho de atarlo en corto con una despedazada cuerda de esparto, con la ayuda de un trozo de cinta adhesiva haciendo las veces de Celestina entre uno y otro.

Que los bancos nos ofrezcan un bolígrafo o rotulador en estado de derribo para que firmemos algo que les va a reportar miles de euros de beneficio gracias a nuestro esfuerzo y dinero, y que, además, lo agarren con una cuerda para que no nos lo llevemos, tachándonos (¡ellos!) de ladrones, es una pésima estrategia comercial. Y, sobre todo, una invitación en toda regla a mandarles a la mierda.

9 comentarios:

  1. Que gran verdad Carlos y lo peor es que la gente en general sigue tragando mierda sin rechistar.

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    1. ¡Caña a los bancos, José Luis! Son los más peligrosos, y a plena luz del día. Y sin entrar ya en hipotecas suelo, preferentes, etc.etc.
      Un abrazo.

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  2. La próxima vez que entre a mi banco exigiré una copa de cava y una cucharadita de caviar de beluga. Rastreros!!

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    1. Por los intereses que te cobran, es lo mínimo. Y cuidado con llevar el bolso abierto.

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    2. Raspa de Sardina. Si lo consigues dame el nombre de tu banco, que yo también quiero.

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  3. Se trata de una metáfora: la tinta del bolígrafo es nuestra sangre y su cordel de esparto, la cadena de hierro de nuestra esclavitud financiera. En los bancos cuidan mucho el simbolismo de estas cosas. Por eso pusieron en sus puertas, hace años, esos detectores de metal impertinentes que nos instaban a depositar nuestros objetos metálicos en la entrada: te obligaban a entregarles las llaves de tu casa. Si no eras solvente, las llaves ya las tenían ellos.

    Lástima que los sistemas modernos de seguridad no hagan necesarios unos barrotes antiatracos en el mostrador: así, al menos, los veríamos entre rejas.

    Un saludo.

    Llorente.

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    1. Sublime, Llorente. Tu comentario supera con creces el post.

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  4. Jajaja. Me ha encantado. El lunes pienso presentarme en mi Bankia_banco y en lugar de dar los buenos días les mandaré primero a la mierda, y después intentaré sacar dinero en billetes pequeños, a ser posible de curso legal, pero eso sí, en la máquina, que de momento no me habla y no tengo que aguantala.

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    1. Cristina, sácalo todo cuanto antes, que está Bankia para pocas bromas. Y llévate los bolis que encuentres, que alguno de Cajamadrid tiene que quedar por ahí.

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