jueves, 13 de junio de 2013

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Los gorrillas de los aparcamientos

Si hay algo que incomoda a cualquier conductor es tener que buscar un hueco donde aparcar. Pero aún incomoda más que cuando lo encontramos haya un personaje de mirada amenazante esperando una propina nuestra por el mero hecho de haber dado sombra al alquitrán donde irán nuestras ruedas.

¿Cuáles son los puntos fuertes de los gorrillas? Hay dos. El uniforme y el chantaje. El primero para los guiris y el segundo para los españoles.

1. El uniforme. Todo gorrilla que se precie lleva en su cabeza, como su supuesta profesión indica, una gorra con visera. Estas no suelen ser de publicidad, pues eso quita oficialidad al atuendo. Las otras tres prendas obligatorias son el chaleco reflectante, la riñonera y la vara de avellano, castaño, o similar, con la que señalar el hueco y dirigir la orquesta automovilística. Todo ello crea un conjunto visual-intimidatorio que puede recordar, mínimamente, a un agente de tráfico de una república bananera. Prácticamente, donde nos encontramos. Esto permite que una familia noruega, de vacaciones por Fuengirola, pueda cometer el error de creer que es la autoridad a la que hay que abonar la tasa correspondiente por aparcar.


2. El chantaje. Los españoles somos gente brava y los uniformes, si no van acompañados de un revólver del 38, no nos intimidan en absoluto. Salvo en el caso de los gorrillas. Todos conocemos el pacto no escrito: si uno aparca en territorio "gorrillero" sin pasar por caja es muy posible que no ocurra nada. Pero lo que es seguro es que tras una mirada de maldición gitana que nos llega hasta el tuétano, nos habrán amargado la jornada playera. Mientras huímos del lugar del crimen, hacemos balance, a modo de posible despedida, de qué cosas hemos dejado a la vista en el salpicadero. Y es cuando entra en juego la frase en nuestra mente que supone la victoria del señor de la vara de avellano: "total, por un euro, no compensa pasar un mal rato."

Así que, nos guste o no, esos señores que a base de aspavientos nos indican cómo meter un coche en una plaza en la que caben cuatro, saben que con su mirada a lo Clint Eastwood aprendemos a pasar por taquilla. En ese punto es donde entra en juego la riñonera, albergue de infinitas monedas en las cálidas mañanas costeras. Y es que formas de buscarse la vida hay tantas como pinchazos da el estómago cuando no entra nada en él.

4 comentarios:

  1. En Marruecos los gorrillas están institucionalizadísimos. Los hay en todas las calles de las ciudades, pero el sistema es distinto, ya que te cobran al recoger el coche y la amenaza por lo tanto no es tan directa. Eso sí, te ponen un tiquet de elaboración casera en el parabrisas.

    Creo que la culpa directa de estas situaciones las tienen los ayuntamientos, que hacen la vista gorda por motivos que prefiero no saber.

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    1. Por supuesto que es de los ayuntamientos. Y es raro que les dejen hacer a los gorrillas, pues el mismo atraco podrían hacer ellos, amparándose en la ordenanza de turno elaborada para el caso.

      Hasta los gorrillas de Marruecos van por delante de nosotros.

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  2. Que descripción más precisa. Fuera ya del cachondeo y de que existen chantajes más graves y directos,no es justo tener que soportar este "impuesto revolucionario". Como tu bien dices existe una sutil intimidación en la forma de actuar, y el ciudadano de a pie, el más numeroso, se está cansando ya de que el simple echo de andar por la calle le suponga dinero, a cambio de ninguna contraprestación, teniendo en cuenta además que su capacidad no es infinita.
    Y los ayuntamientos, como administración más cercana a los ciudadanos y competencias de tráfico en el municipio, deben velar por proteger los derechos y libertades fundamentales de los mismos, y ello entiendo que incluye el evitar que se les coaccione cuando van a aparcar. Y los servicios sociales que hagan su labor con esas personas, que las ayuden e intenten integrarlas. Ahora es muy dificil, pero los gorrillas llevan ya muchos años, son anteriores a la crisis.

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    1. Jalbert, la cosa tiene mala salida. Si alguien les echa la mano, enseguida salen los pseudo-progres diciendo que no hacen daño a nadie, que sólo se buscan la vida, etc.
      Efectivamente, los Ayuntamientos son grandes responsables de este problema. ¿Qué pasa cuando un coche de policía pasea por donde se ubica un gorrilla? Supongo que nada, porque como "no molestan a nadie.."

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