jueves, 25 de julio de 2013

4

Los viajes al Caribe y los cruceros de verano

En esta época del año tan activa para cruceros y vacaciones en el Caribe, se me pasa por la cabeza la figura de alguien imprescindible en ese tipo de ocio: los animadores.

Personalmente, tengo un nulo interés por este tipo de viajes organizados. En unos me hacen sentir como un fardo que se va descargando por diferentes puertos del Mediterráneo, y en otros como un trozo de mojama secando al sol donde la máxima actividad consiste en ver qué modificaciones hay en el buffet del desayuno o en si han arreglado ya las palas del ping pong.

Ante las situaciones negativas de la vida, el ser humano se ha ido enfrentando a ellas creando profesiones que nos alejen lo más posible de su peligro . ¿Dónde va un bombero? Donde algo pueda salir ardiendo. ¿Y una ambulancia? Donde alguien pueda resultar herido. ¿Y un guardia de seguridad? Donde alguien pueda sufrir un robo. Entonces... ¿dónde va un animador? Sin duda, donde alguien se pueda aburrir.

Y esto es lo que me echa para atrás en este tipo de vacaciones. Seamos claros: si hay animadores es porque alguien tiene una mínima sospecha, ya de antemano, de que después de dejarnos mil euros en un viaje podemos pasarlo mal. Y luego está lo que cada uno entienda por diversión. Probablemente yo sea muy aburrido, pero jugar al bingo en inglés, rodeado de alemanes, ingleses y franceses en traje de baño "farda huevos", en una sala perfumada por una mezcla de sudor, mantequilla y bronceador barato, donde la mayor recompensa es cantar línea y recibir cincuenta garbanzos a cambio, se aleja bastante de mi ideal de diversión.

Así que, de momento, esos sitios que cuentan con animadores me dan una pista de dónde no quiero ir, del mismo modo que ver a gente con abrigo, gorro y bufanda me indica dónde no voy a pasar calor.

4 comentarios:

  1. Muy bueno!!!!!!! El artículo y el gin & tonic que me estoy apretando ....jajaja abrazos

    ResponderEliminar
  2. Un abrazo, Vespajo.

    Guzmán, hay que poner fecha, antes de que acabe el verano, a esos gintonics ;)Un abrazo, pájaro!

    ResponderEliminar
  3. Pues si, porque está bien hacer el ridículo cuando a uno le apetece por lo que sea, espontaneamente,pero no por obligación.

    ResponderEliminar