jueves, 3 de octubre de 2013

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Mujeres, hombres y bíceps y berzas

De acuerdo que los programas de física cuántica de Punset o los sermones de Pueblo de Dios en el antiguo UHF no tienen porqué ser lo más atractivo en TV, pero que una alternativa sea algo como "Mujeres, hombres y viceversa" es, cuando menos, inquietante.

Básicamente, MHYV es un programa donde unos primates que aguantan relativamente bien la verticalidad flirtean con un grupo de mujeres que guardan gran parecido con esas que fuman, llevan perfumes muy fuertes y se apoyan en las farolas a la hora en la que salen los basureros. Todo acompañado de un lenguaje que es un enfrentamiento directo con la Real Academia Española, donde el diccionario se lleva tales patadas, que debe de andar ya por Finisterre.

A mí que me expliquen qué es eso del horario infantil, que según el Código de autorregulación de contenidos de TV e infancia está comprendido entre las 06:00 y las 22:00. A tenor de esto, un niño no puede ver a las tres de la mañana el anuncio del Chef Tony con sus cuchillos mágicos cortando zapatos o la morsa saltando encima de la cama plegable Restform, pero sí los ejemplos de grosería, incultura y vulgaridad de los seres vivos que gruñen y se revuelcan por el plató de Telecinco.
Y es que si gracias a la inconsciencia y falta de criterio absoluto de los responsables de la Normativa audiovisual en España, los niños pueden tener acceso a semejantes perlas, las tornas han cambiado y ya no se trata de qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos, sino de qué hijos vamos a dejar a este mundo.

7 comentarios:

  1. De acuerdo. Pero al final los responsables de lo que ven los niños en la televisión son sus padres. A mí me da igual eso de los códigos de autorregulación. No digo que estén mal pero, por ejemplo, hay series infantiles que yo no considero apropiadas para la edad de mis hijas y no las ven; y claramente esas series no van a ser reguladas.

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    1. J: por supuesto que los responsables son los padres, pero también el Estado lo es de ciertas cosas, y debe velar por algo con tanto poder como la TV.
      Programas como el comentado, donde se fomentan una serie de "valores" totalmente contraproducentes con una sociedad que pretende considerarse avanzada, sin duda alguna deberían de estar ubicados en horarios muy diferentes. Si uno se plantea "¿me gustaría que mi hijo actuase y se comportase como estos que esta viendo, aplaudidos y recompensados por sus actitudes?" y la respuesta es claramente negativa, debería de ir a otra franja.

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  2. La legislación en materia de servicios de comunicación audiovisual es una pura ficción. En el sector rige en la práctica el no intervencionismo y cada uno hace lo que le da la gana.

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  3. Leí por ahi un tweet al que no le faltaba razón que venía a decir: "Gandía Shore. Donde puedes decir 'Me cago en el coño leproso de tu puta madre' pero tapan los cigarros supongo que porque fumar está mal". Dio en el clavo.

    Señor Al Neri, en éste país del que no me sale ya ni su nombre, hasta la ya tan prostituida constitución es pura ficción. Hacia donde vamos? No lo sé, pero donde estamos no me gusta nada cultural y educacionalmente hablando. De lo económico, social y demás mimbres del cesto, hablamos otro día.

    rugontopower

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  4. Aquí pueden ver las ridículas sancionesque el Ministerio de Industria puso a las cadenas televisivas por hacer lo que les salió de los cojones con la publicidad y el horario infantil en 2012.

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  5. Rugonto: Buen ejemplo el de Gandía Shore, equivalente al de Mario y Alaska, que sale poniéndose de cerveza hasta arriba, y también camuflan los cigarros.

    Al Neri: Gracias por el enlace, que deja clarísimo el interés por corregir la situación.

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  6. Buenas. La tele en general es pura basura, la cosa está en que los niños no la vean nunca estando solos. No está la solución en poner leyes de protección de menores, se trata en sentarte con tu hijo con el mando en la mano y enseñarle cuándo hay que cambiar de canal y qué programas se pueden o no ver. No porque estén viendo dibujos están ya seguros. Un día vi unos dibujos de unos niños que estaban todos preocupados porque su pito era pequeño... y era horario infantil.

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