jueves, 26 de diciembre de 2013

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Ponerse de rodillas

Tras media hora de observación en la calle comercial de turno de cualquier ciudad (Arenal en Madrid, Corrida en Gijón, Tetúan en Sevilla, Santiago en Valladolid, etc.) cualquiera puede darse cuenta de que la mendicidad se resume en dos posiciones: la idealista y la pragmática.

La postura idealista es la empleada por aquel que todavía confía en el prójimo y, arriesgando su integridad, se sitúa de rodillas en el centro de la acera, con los ojos cerrados, la cabeza agachada y sujetando con una mano un vaso de plástico blanco con unas monedas. Una situación humillante para él, ya que la gente es completamente insensible a su ruego, a la vez que temeraria, pues lo más que puede pasar es que sea atropellado por la corriente humana que circula esquivándole y siendo tratado

jueves, 19 de diciembre de 2013

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Coches impolutos, dueños para el desguace

Si uno va a un lavado de coches es posible que, desafortunadamente, le toque esperar un buen rato. Momento idóneo para observar la actitud para con su vehículo de los adelantados de la fila.
Una de las cosas que más llama la atención es la de los contrastes que se dan entre determinados automóviles y sus dueños. Es curiosa la pasión que sienten algunas personas por su coche, anteponiendo el bienestar de este al suyo personal. Suele darse en un tipo de vehículos y marcas concretos, pero, por no generalizar, vamos a dejarlo en los cupés y deportivos de baja gama y que cada cual determine sus modelos ganadores, que hay unos cuantos.

Muchos de esos conductores tienen su coche impecable, alerones y pegatinas aparte: neumáticos nuevos, ambientadores en todas las rejillas de ventilación, ceniceros que jamás soportaron un cigarrillo, alfombrillas sobre las que beber sopa, maleteros organizados con precisión suiza y tapicerías impolutas dignas de la ópera de Milán.

jueves, 12 de diciembre de 2013

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Pagar por pasar miedo

El cine de terror es un género tan válido como otro cualquiera y para gustos los colores. Pero eso de disfrutar del desasosiego, los sobresaltos y los microinfartos mirando a la pantalla a través de la palma de la mano entreabierta, se me escapa.

¿Dónde está el placer en el miedo voluntario? Personalmente, cuando he visto alguna película de terror, el único momento que he disfrutado ha sido cuando se ha hecho de día y deja de llover, que son dos cosas muy habituales en estas películas para avisar de que te dejan respirar durante un par de minutos.

Otro ejemplo es lo del puenting. La gracia de lanzarse al vacío desde treinta metros sujeto a una cuerda, entiendo que consiste en que esta no se rompa y sea el propio aventurero el que cuente la experiencia, que siempre será más divertido a que lo tengan que contar los amigos. Obviamente, siempre es una alegría que la muerte coja un camino distinto al nuestro, pero ir corriendo detrás de ella para que no se escape...

jueves, 5 de diciembre de 2013

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Es lo que hay

Desde hace unos cuantos años, hay una frase que, por desgracia, se ha convertido en habitual, siendo comodín para todo aquello que nos disgusta, pero sobre lo que no actuamos y que refleja el conformismo y la desidia actual: es lo que hay.

En los comienzos de los 2.000, uno iba  ver una casa en ruinas por la que le pedían 250.000 euros y, ante nuestra indignación con el propietario, el tío se encogía de hombros y nos soltaba lo de "es lo que hay". Estudian subir la luz un 17%, algo ante lo que algunos países pondrían el grito en el cielo, y nosotros solo nos planteamos de qué partida poder restarlo para sumarlo a la factura de Iberdrola o Unión Fenosa. Es un robo y una vergüenza, pero mayor es nuestra sumisión, así que es lo que hay.