Resulta que esta genialidad tan progre no es nueva, y que ya lleva funcionando algún tiempo en una escuela de Barcelona, donde tienen "el día sin pelota", que es todos los jueves. A los niños les quitan el balón para que, supuestamente, disfruten con los juegos de las niñas. Esto es una gilipollez como poner el "día sin jamón ibérico" para que valoremos lo ricas que están las acelgas hervidas.
La escuela esta, que por cierto, no hay Dios capaz de ver su web en castellano, será muy moderna, pero robarles a los chavalines su modo de diversión habitual y obligarles a ponerse a jugar a las muñecas, a hacer cocinitas o a saltar a la comba es tan penoso como poner a una niña de trenzas y falda de tablas en la portería a parar penalties durante la media hora de recreo: un sufrimiento innecesario.
Los educadores tendrían que estar agradecidos al fútbol callejero y de recreo. Es una actividad (independientemente de sexos) en la que se hace ejercicio físico, evitando la obesidad ahora tan en boga, se aprende a tomar decisiones rápidas, se prepara para trabajar en equipo, se enseña a ganar y a perder, se forma el espíritu de esfuerzo, se desarrollan los líderes, se va adquiriendo una personalidad.... y de paso, durante un rato se mantienen apagadas las consolas.
Como esta parida salga adelante, de aquí a unas décadas nos encontramos celebrando "el día de usar el cerebro", que será la excepción al resto de los otros 364.