jueves, 16 de enero de 2014

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Gastromorriña

Curiosa la campaña de la marca Osborne de las pasadas fiestas. Visto que la mitad de los españoles que merecen la pena han tenido que tomar las de Villadiego, Munich, Londres o Chile, hicieron un concurso y les mandaron suspiros de España en forma de jamón del bueno y botellas de anís.

Si lo de emigrar ya es duro por dejar a la familia, los amigos y los amores, la sensación de soledad alcanza cotas inimaginables cuando uno se sienta a la mesa y descubre que el plato estrella es una coliflor cocida con guarnición de guisantes hervidos y pan de pita para empujar. Todo acompañado de un sugerente zumo de ocho vegetales. Un empujoncito al suicidio como otro cualquiera. Normal que a esa sensación la hayan llamado gastromorriña.

Encontrarse en semejante situación y recibir, sin esperarlo, sobres de jamón Cinco Jotas cortado a mano y botellas de anís o de Magno reserva, tiene que ser para saltarse las lágrimas, y más en unas fechas como esas donde mientras los de allí tragaban codillo y repollo, nosotros aplicábamos la ley del pobre ante el cordero asado, los carabineros a la plancha, las sopas de marisco y demás manjares.

Osborne ya se lució de por vida con el toro en las carreteras, y es de agradecer empresas que sigan haciendo patria y que se ponen en la piel de los que están fuera a la vez que hacen marca, pues ya dice el refrán "cuando comas fruta, acuérdate de quien la siembra".

2 comentarios:

  1. A mí también me parece un gesto muy bonito el de Osborne.

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    1. Y pensar que el ministrín Borrell se lo quería cargar... Todo lo que tenga tufillo a español tiene los días contados.

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