jueves, 2 de enero de 2014

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Mandarinas por uvas

Últimamente se ha puesto de moda la chorrada de cambiar costumbres que no molestaban a nadie. Hábitos que no habían recibido queja alguna parecen tener su fin a la vuelta de la esquina.
 Ahora resulta que los agricultores de Castellón quieren que eliminemos las uvas de Nochevieja y que tomemos gajos de mandarina. El egoísmo de querer tirar por tierra una tradición nacional de más de cien años, a costa de que unos señores quieran potenciar los productos de su tierra para sacar tajada es, cuando menos, descomunal.

Con el mismo derecho llegarán los extremeños con doce rodajas de chorizo, los asturianos con tragos de sidra, los andaluces con sorbitos de gazpacho y los madrileños con trozos de rosquilla. Y cuando ya hayamos perdido la costumbre nacional
de las uvas, llegará alguien de un país más espabilado, verá el hueco que nosotros mismos hemos creado por nuestro egoísmo regional, y pasaremos de las doce uvas a la tradición de beber veinte sorbos de zumo de mango o dar diez lametones a una papaya, vestidos con una camisa de palmeritas.

Y esa tradición sí será eterna, porque como el beneficiado es de fuera, ya no nos importa que se lucre. Aquí lo importante y de lo que se trata es de que no salga favorecido el hermano o el vecino, desempolvando eso tan nuestro de "antes muerta que de otro" y "mía o de nadie".

Con estas chorradas, aparte de demostrar una falta de solidaridad fuera de toda duda, uno se plantea si de verdad estamos atravesando un periodo de crisis común, o si todo es consecuencia de pretender acabar con lo poco que nos queda, para empezar de cero. Y siempre cada uno por su lado.

3 comentarios:

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  2. Pues esa tradición, tiene un origen bastante ridículo. Hay dos teorías, una dice que se empezaron a comer uvas a finales del siglo XIX como forma de ridiculizar a la clase burguesa que organizaba cenas de fin de año en las que se tomaba champan con uvas en la copa, la otra teoría apunta a que en 1909 hubo un excedente de producción de uva y los agricultores las vendían como uvas de la suerte. http://nationalgeographic.es/viaje-y-culturas/culturas-y-civilizaciones/por-que-tomamos-uvas-nochevieja
    En mi opinión, si un grupo de campesinos es suficientemente hábil como para vendernos que su excedente de mandarinas es bueno, por qué no crear una nueva tradición?

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    1. Gsuscribano, muchas tradiciones tienen un origen ridículo, pero ahí están. Respecto a lo de las mandarinas, me parece una copia barata de lo de las uvas, y no es una nueva tradición, sino querer eliminar una a cambio de otra.

      Está muy bien querer potenciar sus productos, pero no a costa de copiar a otro e intentar quitarle su sitio. Que busque otra fecha, otra idea, lo que sea. Pero lo de "quítate tú, que me quiero poner yo" no es honesto y, como digo en el blog, es totalmente insolidario. A ver qué dirían los de las mandarinas si los de las castañas hiciesen lo mismo.

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