jueves, 16 de octubre de 2014

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Escudarse en el ingenio

Un aspecto muy marcado de nuestra idiosincrasia es el de recurrir al chascarrillo y al humor como válvula de escape ante situaciones negativas. Es un mecanismo de defensa como otro cualquiera, pero ¿puede acabar por hundirnos ese exceso de talento?

De toda la vida el español ha recurrido al ingenio para soportar con humor determinadas situaciones que en absoluto son divertidas. No hay más que ver cómo se mueven las redes sociales y se crean divertidos hashtags cada vez que ocurre algo que consideramos reprobable, como la caza de elefantes por parte del Rey, la permisividad del gobierno respecto a la consulta de los independentistas catalanes, las estafas de Urdangarín o el uso fraudulento de las tarjetas de crédito de CajaMadrid.

Básicamente, mientras en situaciones similares en otros países aumenta el nivel de las transaminasas y las bilis comienzan a hacer chup chup, aquí tiramos de chispa y chascarrillo para relajar tensiones y evitar llegar a lo que veces haría falta: pedir explicaciones y tomar las riendas de la situación. Y eso lo sabe cualquier personaje público. Si roba y es cazado, será pasto de twitter, donde durante un par de días incluso será trending topic, y una vez hayamos realizado nuestra pataleta particular y nos hayamos echado unas risas con las ingeniosas bromas sobre el mangante, este podrá seguir sus fechorías bajo el amparo de que ya se nos ha pasado la rabieta.

Algunos psicólogos y terapeutas comentan que los españoles somos muy difíciles de analizar y ayudar, porque en cuanto vemos que se profundiza en nosotros y comienza a salir lo sensible, rápidamente tiramos de ingenio ibérico y salimos de esa incómoda situación con la gracieta que nos libere de la presión, lo que hace imposible enfrentarnos a nosotros mismos. No sea que descubramos algo que no nos guste y nos corte el rollo.

Y es que eso de los chascarrillos, las bromitas y demás chirigotas está muy bien como terapia para no sulfurarse, pero habría que ver dónde hubiesen acabado los franceses (y por extensión muchos otros países) si en 1.789 se hubiesen tomado la situación a broma para relajar tensiones en lugar de sacar a pasear la cuchilla de afeitar y aplicar sus expeditivos recortes.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, Carlos, esto no es una virtud hispana precisamente, sino un tirar balones fuera que deja las cosas igual. Oiga, se le ha colado una crítica al Gobierno por su permisividad con los separatistas catalanes, no nos politice esto... :-)

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    1. Cierto, Sr. Neri. Se me ha colado. La situación ha llegado a un punto en que hasta yo pierdo los papeles y me meto en terrenos que no son los míos. Ese jardín lo riega usted mucho mejor que yo en La Pluma Viperina.

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