Si eso es un argumento de venta, hay que intrepretar que los hombres somos unos quemados y cuando vendemos un automóvil es porque tras una vida miserable de derrapes, trompos, kunda habitual de los poblados gitanos, tirones de bolsos y carreras por el carril contrario en la carretera de La Coruña, ha llegado el momento de darle finiquito antes de que parta en dos. O que las mujeres son unas expertas en el uso y disfrute de los motores de combustión interna, con un preciso dominio de la admisión, compresión, expansión y escape, de los árboles de levas, taqués y tapas de balancines y que los cambios de aceite no los hacen con un vulgar Castrol, Esso o Mobil, sino que emplean oliva virgen extra aromatizado con trufa negra condimentado con albahaca.
Si lo que se pretende es publicitar que el coche está muy cuidado, que vean a mi vecina cuando en los despiadados amaneceres del invierno madrileño, a dos grados bajo cero, arranca el coche y le saluda con cuatro acelerones de seis mil revoluciones cada uno mientras este se retuerce y aprieta los dientes, porque según ella "así ya sale en caliente y no da tirones".
Ni hombres ni mujeres. Hay personas cuidadas y descuidadas, independientemente de su sexo y de los años de carné. Lo que es seguro es que en el coche de mi vecina, en poco tiempo veremos en sus ventanillas eso tan emocional y socorrido de me venden, acompañado de usado siempre por chica.
Carlos T.
Yo he visto algo parecido a la hora de alquilar pisos a estudiantes. Hay bastante gente que prefiere chicas a chicos, y yo en este caso lo encuentro justificado. Ellas suelen ser más cuidadosas con las cosas de la casa y menos brutas, aunque como salga una marrana...
ResponderEliminarEn eso coincido. Sí es verdad que las mujeres son más cuidadosas en el tema de los pisos. Respecto a lo de la marranez, pasa como con todo: las chicas suelen ser más recatadas, pero la que es suelta... hunde al resto.
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