Por Carlos T.
Debido a que la Agencia Tributaria y los inspectores de Trabajo y Seguridad Social han sido bastante malévolos e intransigentes con el encargao, este nos ha reunido para darnos una temporada de vacaciones forzosas, así que colgamos las batas azules durante algún tiempo indefinido.
Por lo visto, ha llegado el momento de revisar salarios, de realizar análisis de rendimiento, de las temidas evaluaciones de desempeño, de métricas operativas, del impulso en la rentabilidad y el crecimiento, y de la automatización de procesos. Y lo más doloroso, de quitar nuestros calendarios de Samantha Fox y Sabrina y sustituirlos por algo menos sexista. Confiamos en que la cinta pegajosa atrapamoscas y el fluorescente intermitente sigan en su sitio a la vuelta.
Está por ver si los nuevos y revolucionarios partidos políticos no generan muchos quebraderos de cabeza que animen al encargao a pedir la jubilación anticipada y deje a nuestras familias en la calle. Es conocido por todos que los ingresos que genera un blog como este son escandalosos, incluso insolentes, muy cercanos a la caja B de Génova 13, y nos hemos acostumbrado a llevar un ritmo de vida que sería difícil volver a adquirir.
Han sido muchos meses viviendo en la opulencia y en la seguridad de los billetes de metro de diez viajes, de pedir las cervezas con gaseosa de primera marca, de poder envolver los bocadillos de salami en papel de plata, de recoger del suelo únicamente las colillas de Winston o Marlboro, de hacer recargas de hasta 5 euros en nuestro Nokia 5110... incluso con la paga extra de Navidad llegamos a comprar pilas alcalinas de Auchan para la radio del taller. En definitiva, una serie de privilegios que una vez saboreados no estamos dispuestos a sacrificar.
Por nuestro bien y el de nuestras familias, esperamos que esto sea un parón temporal y no un cierre definitivo, pero nunca se sabe. Por si acaso, vamos a ir comprando tirachinas, bolas de acero y acumulando botellas, trapos y gasolina.
¡Nos veremos!