jueves, 9 de abril de 2015

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Despedidas de soltero

Por Carlos T.
Extraño fenómeno el de algunas despedidas de solteros de ambos sexos. Todo un mundo de ordinarieces, groserías y vulgaridades que, lejos de animar a los futuros contrayentes, para lo que sirve es para saber de qué tipo de gente están rodeados.

Se supone que la tradición de una despedida de este tipo es divertirse a base de cometer una serie de excesos que ya no se van a poder hacer una vez se pase por la vicaría, ayuntamiento o lo que corresponda. Pero si estos excesos no se han hecho hasta la fecha será porque no ha apetecido. Y si no ha apetecido antes, ¿a qué viene obligarles a hacerlos ahora?

En la mayoría de los casos estos excesos consisten en ir a cenar a un local que se llamará Ñaka ñaka, El polvero o Mete-saca, donde nos servirán una bazofia de comida presentada en forma de símbolos fálicos y de exuberantes senos femeninos. Tras haber degustado un menú con nombres tan sugerentes como nalgas de anchoa, orgasmos de ternera y helados de semental a la crema de esperma, llega la hora de conocer la antesala del infierno: el bailecito del cachitas medio bujarrón disfrazado de policía municipal, con pirulo luminoso incluido, o el de la prostituta vestida de enfermera cachonda, quien rápidamente nos mostrará la buena labor de su cirugía pectoral, cubierta únicamente por un fonendoscopio. 

Una vez todos curados gracias a la enfermera e indultados por el policía, llega la hora de tocar fondo: el paseíllo, que poco tiene que envidiar a los que se daban en la Guerra Civil. El novio irá por la calle medio en pelotas o disfrazado de Caperucita, entrando a todo lo que se mueve, por orden de sus amigos, y la novia llevará una banda cruzada del hombro a la cintura donde veremos escritas frases tan profundas como La folladora del Frac, Miss Potorro de Oro o Miss Almeja de Plata. Para colmo, tanto la prometida como sus torturadoras lucirán en sus frentes y cabezas penes de goma a modo de extravagantes diademas . La escena se hace aun más grotesca e histriónica cuando más elegantes y refinados sean los homenajeados, pues se saben completamente fuera de lugar y eso no se puede ocultar. 

Siendo claros, si a los treinta años un hombre no ha ido vestido de Caperucita por la calle o una mujer no se ha puesto uno de esos penes de goma en la cabeza, será porque no ha querido, así que son ganas de hacerle pasar una mala noche pagada entre todos. 

Una despedida de soltero de estas características es una experiencia, como diría Cervantes, donde toda incomodidad toma su asiento.

7 comentarios:

  1. Me ha encantado el post porque justo estamos organizando la despedida de dos amigas para este finde y el próximo. La verdad que esto de las despedidas tiene mucha enrea. Para empezar se da por hecho que es obligatorio hacer algo especial, aunque yo por mi parte me las ahorraría. En Internet vienen muchas ideas, y tengo que decir que en general yo he encontrado cosas bastante decentes y simpáticas.

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  2. Así que si este finde estáis por Madrid y veis a unas cuantas locas de despedida, sabed que no somos mis amigas y yo... ;-)

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    1. Aprendiz, ¿qué tal se dio la fiesta? ¿Se cumplieron los pronósticos y las expectativas? Y sobre todo: ¿se mantuvo una cierta compostura?

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    2. jajaja pues ha sido genial! lo pasamos muy bien!! aunque algunas de este grupo tiran un poco para rancias, así que es fácil mantener la compostura. A mí me ha servido para descubrir (aunque al principio me moría de la vergüenza), el efecto que tiene llevar una diadema con antenitas , así que lo voy a tomar de uniforme cuando salga de fiesta... no sé qué tenéis los hombres con las antenitas, pero funciona... jeje

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    3. Televisiones, gps, móviles, parabólicas, caracoles en salsa .... a los hombres todo lo que tenga antenitas nos crea cierto morbo e interés ;)

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  3. A mí también me ha encantado y me he reído muchísimo. Las despedidad de soltero dan para un amplio estudio socio-psicológico. Mis experiencias en la materia son bastante tensas. Le ha faltado el momento estelar en que los primos de pueblo del novio se empeñan en "ir de putas" a toda costa. Yo también he visto despedidas mixtas, con los amigos y amigas de uno y otro, donde se cometen menos excesos y encima se suele ligar más. A mí en mi despedida me disfrazaron sucesivamente de vaca, con tetas de plástico incluidas, y de Superman, aparte de dejarme destrozado (literalmente) a bolazos de paintball a bocajarro. En compensación, no fuimos a ningún puticlub.

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    1. Las despedidas mixtas son un gra invento para los amigos solteros, porque a nada que se tenga un mínimo de pudor, las posibilidades de ligar, como dice, son muy altas.Lo de las putas he preferido obviarlo directamente por varias razones.

      Paintball,karts, etc. Yo soy más de ese tipo de despedidas y las disfruto como un enano. De todos modos, ante estas situaciones lo mejor es ser muy tajante desde el principio, y no pasar una, o dejarse llevar aunque se acabe en pelotas en un tren camino de Algeciras.

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