
Por otro lado, tal y como pinta el panorama nacional y lo movidas que están las aguas, lo que hoy puede ser una buena zona de nuestra ciudad, de la noche a la mañana se puede transformar en la barriada a la que nunca dejaríamos ir a jugar a nuestros hijos. Otra alternativa es que nos toque por vecino de arriba un animal, desconocedor de la palabra civismo, capaz de montar una escuela de claqué en el salón o un torneo de petanca en el pasillo. En ese caso, a los quebraderos de cabeza de la hipoteca hay que sumar el coste de las visitas a la farmacia en busca de aneuroles o tranquimacines.
Cuando uno vive alquilado sabe que esos problemas son temporales. Si nos sale una oferta de trabajo en el extranjero, podremos aceptarla. Materialmente no nos atará ninguna cadena. Si las cosas van bien, nos mudamos a un piso mejor. Si pintan bastos, pues a apretarse el cinturón y a vivir en menos metros. Pero todo será sostenible. Viviremos y trabajaremos en función de lo que podamos pagar, no de lo que nuestro amo el banco pretenda que hagamos.
Quien haya firmado una hipoteca a treinta años y considere que tiene piso propio, lo que de verdad tiene es un serio problema con el concepto del término posesión. Y otro aun más grave con su entidad financiera.
Salvo que seas diputado, porque entonces sí que puedes permitirte cinco pisos en los mejores barrios de la capital.
ResponderEliminarTe noto en proceso de autoconvencimiento. Relájate, que al final tú siempre tienes la razón... y si no la tienes, la compras. Para luego venderla otra vez.
Un saludo.
Llorente.
jajajaja, se nota que me conoces bien ;) De todos modos, no es autoconvencimiento, es la experiencia de los últimos años viendo los recibos del banco, donde el 70% de la letra mensual eran intereses. Y el dolor de estómago cada vez que se presentaba el anticristo en televisión en forma de Draghi o Trichet
EliminarPero lo más barato es vivir de "prestado" estilo Urdangarín, Bárcenas, ...etc
ResponderEliminarEsa es la mejor forma de vivir!! Pero ya que ellos no dan ejemplo, vamos a darlo nosotros ¿no?, con nuestro sacrificio.
ResponderEliminar