jueves, 6 de febrero de 2014

7

Vayan pasando por esta caja

Los españolitos no hemos sido nunca de respetar las colas, pero da la impresión de que nos vamos civilizando. Y en esas estamos hasta que un aliado de Satanás pronuncia la frase que desata el infierno: "Vayan pasando por esta caja".

Con los años parece que hemos entendido que las siete personas que tenemos delante de una caja al ir a pagar no son conos a sortear, sino que, contra todo pronóstico, tienen la misma intención que nosotros: pagar por unos artículos. La vida es así de injusta. Como han llegado antes, se creen que tienen la prioridad.  Afortunadamente, eso del respeto al prójimo es para los débiles, quienes en el supermercado caerán fulminados.

Cuando la cajera de un supermercado se prepara para abrir una nueva caja, no es consciente de lo que puede llegar a crear. Alcanza niveles de semidios, de faraón, de  emperador, que la llevan a la máxima gloria al pronunciar la maldición: "Vayan pasando por esta caja".

Lo que sucede a continuación es inenarrable. Fenómenos de la naturaleza como los ríos de lava, los tifones, las estampidas de bisontes o las batallas a muerte entre rinocerontes son juegos de niños comparado con lo que en ese momento observamos. Hasta los cuatro jinetes del Apocalipsis bajan de sus caballos para reverenciar a una cajera cuando pronuncia la sentencia. Y si el "vayan pasando" va a acompañado de "en orden", el espectáculo ya entra en el género de las snuff movies.

Cuántas revoluciones se hubiesen ganado si en lugar de emplear el término ¡A las barricadas! alguien hubiese pronunciado ¡vayan pasando por esta caja!

7 comentarios:

  1. Anónimo8/2/14 11:31

    Qué observador eres, no se te escapa detalle de la vida cotidiana. Esta que describes es, además, una de esas situaciones en la que hagas lo hagas, quedas mal. Si te lanzas ansiosamente hacia la caja recién abierta, eres un angustioso insolidario y tonto por creer que has sido más listo. Si te lo tomas con calma y educación, tonto por ver cómo todo el mundo pasa delante de ti. Habría que proponer para el Nobel de la Paz al que inventó la cola única en el Carrefour.

    Un saludo.

    Llorente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí que es verdad que es una de esas situaciones en la vida que, hagas lo que hagas,te queda la sensación de que hay una alternativa mejor muy cerca de ti. Es como cuando vas a un resaurante en una ciudad que no conoces, que siempre piensas que el bueno es el de al lado.

      Eliminar
  2. Aunque suene muy políticamente incorrecto, es muy fácil adivinar qué tipo de gente se abalanzará a colarse cuando la cajera indique "pasen por la dos en el mismo orden". Más del 70% de los jetas serán señoras mayores y el resto chicas jóvenes de aspecto choni o tíos en chándal y con algún piercing. También sucede mucho más en cierto tipo de establecimientos. Por motivos que no voy a analizar por razones de decoro este fenómeno se produce más en el Día de un barrio bajo que en el supermercado de El Corte Inglés. La vida es así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le doy la razón en lo de las señoras mayores, pero discrepo en lo de los barrios. En la calle Serrano de Madrid, zona noble y de clase alta, hay un Mercadona al que acude la gente de esa zona. Los empujones, tiranteces y faltas de educación que allí se ven harían ruborizar a los meninhos de las favelas.

      Eliminar
  3. Qué entradas tan graciosas estas últimas, me estoy riendo mucho. El problema que tenemos en España es que casi aplaudimos al espabilado. El otro día estaba yo en el Mercadona y se dio esta situación, se precipitaron dos niños de unos 10 años, a los que la madre medio regaño por colarse, y una señora mayor les rió la gracia diciendo que los chicos eran espabilados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa señora mayor es la típica listilla que lleva el cesto lleno y te pide que la cueles porque tiene prisa, y solo lleva "dos cositas".
      El otro día, a raíz de este post, me comentaron una frase muy graciosa que aprovecho a recordar aquí: Si empatía es ponerse en el lugar del otro, esta mañana he conocido a una señora extremadamente empática en la cola de la frutería.

      Eliminar